Félix Grande, poeta, discípulo, marido y padre de poetas, ha muerto en Madrid con 76 años, después de una temporada de enfermedad y silencio, justo cuando se cumplen 50 años de la publicación de su primer poemario, ‘Las piedras’, que ganó el premio Adonais en 1963 y llegó a las librerías en 1964.
Se lo considera un importante representante de la innovación en la poesía española de la década del 60, y su obra ha sido traducida a diversos idiomas.
Pese a que se dedicaba a tocar la guitarra flamenca, decidió dejar esta afición para consagrarse a la literatura; comenzó este nuevo emprendimiento a través de la poesía, a la que consideraba una hermana de la música.
sobre la cama hasta tu propio idioma.
No pidas. No preguntes. Arrebata y exige.
Sé una perra. Sé una alimaña.
Resuella busca abrasa brama gime.
Atérrate, mete la mano en el abismo.
Remueve tu deseo como una herida fresca.
Piensa o musita o grita «¡Venganza!»Sé una perdida, mi amor, una perdida.
En el amor no existe
lo verdadero sin lo irreparable.