Desde hace ya tiempo y ante la necesidad de de buscar un discurso que fundamente los fines y objetivos de la diversidad de medios impulsados en ámbito de las organizaciones sin ánimo de lucro se ha popularizado la diferenciación de los medios de comunicación en tres sectores: el sector público, el sector privado de índole mercantil, y el sector no lucrativo, que no son público-estatales, ni privado-comerciales. Pero esta clasificación convierte al sector en un espacio excesivamente heterogéneo, formado en muchos casos por actividades más diferenciales que comunes. Muchos medios no se sienten reflejados en la denominación de tercer sector porque no recoge sus especificidades y las agrupa con proyectos muy distintos.
Por un lado está con la difícil conceptualización del tercer sector; por otro una multitud de términos para referirse a este tipo de medios de comunicación y sus distintas finalidades: radio libre, social, alternativas, reivindicativa, cultural, de servicio…
La información relativa a los fines y principales actividades desarrolladas por los diferentes medios, permite agrupar a estos en: a) política y reivindicativa, b) social, cultural y educativa, y c) ocio, entretenimiento, servicio a la comunidad y cultura. Muchas de ellas a su vez también estos tres aspectos; sin descartar que también existen otros medios que bajo el paraguas tercer sector y disfrazadas de lo comunitarios, responden a intereses individuales y lucrativos.
La Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC), define las emisoras comunitarias como: actores privados que tienen una utilidad pública y finalidad social y se caracterizan por ser gestionadas por organizaciones sociales de diverso tipo y sin ánimo de lucro. Su característica fundamental es la participación de la comunidad, tanto en la propiedad del medio, como en la programación, administración, operación, financiación y evaluación.
Se trata de medios independientes y no gubernamentales, que no hacen proselitismo religioso, ni son propiedad o están controladas o vinculadas a partidos políticos o empresas comerciales.
Existen múltiples configuraciones de emisoras comunitarias que pueden tratarse como radio rural, urbana o destinada a un grupo concreto, comunidad o interés, es la participación de la ciudadanía la que determina la funcionalidad y finalidad de la radio comunitaria, donde la comunicación se concibe como un proceso horizontal y democrático, distinto a la verticalidad de la difusión de información en otros medios.
En España la historia de las radios socio comunitarias, libres o alternativas, corre paralela al desarrollo de la democracia. Estas emisoras fueron pioneras y se adelantaron a las formas de comunicación y participación ciudadana, poniendo en práctica un periodismo ciudadano y un funcionamiento horizontal.
En la actualidad han pasado de ser un medio alternativo a configurar nuevas prácticas de comunicación comunitaria. Un aprendizaje que puede ser de gran utilidad para los nuevos medios y prácticas de comunicación en la era digital, sin descartar que el medio radio sigue teniendo vigencia y presencia.


